Es Pou es un lugar maravilloso. Tiene un mirador con vistas a una vieja possessió, una cantera y un poblado chabolista. Dan de comer de maravilla, los viernes ponen paella y cuenta con una
pareja que hacen de camareros ( ahora se llama "baristas") que probablemente sean las dos personas más simpáticas y agradables del mundo. Hay viejos jugando a cartas, el café está rico, tienen
prensa y puedes echar la primitiva. No hace falta nada más.