Este sitio es una auténtica Time Machine. Quizás sea el ambiente más peculiar de toda la isla. Esta idea se va confirmando ante la imposibilidad de orientarse para llegar. Ni los navegadores del coche ni los móviles están preparados para indicarte el camino correcto en la cuadricula urbana de Campos, llena de "direccionescontrarias" y ancianas en bicicleta.
Partiendo por tanto de la premisa de que solo puedes llegar por casualidad, llegar a este lugar es una bendición. Todo es magnífico y preparan un "floquet" extraordinario ( bistec frito). Me pongo en modo Andreu Manresa.
"Los atávicos alimentos son vindicados en la mesa de manera sencilla, acompañados por la simple hogaza de pan. A la mesa se sientan el farmacéutico de Santanyí, un ex-gerente de Sa nostra y el hotelero con intereses en Cuba venido a menos blablablablabla...".
Me agota un poco Manresa.