Ca'n Mutxilla reunía todos los requisitos del buen Café mallorquín. Era refugio de cazadores, que desde su fundación despertaban a silbidos a sus propietarios, para que bajaran de madrugada a
servirles el primer café . "Ara ja no queden caçadors, sols queden escopetajadors, que no és lo mateix".
Xisco estuvo trabajando siempre en hostelería, desde muy joven en hoteles de Palma, luego en Inglaterra y más tarde en el bar familiar. Ca'n Mutxilla tenía todos los elementos que debe
tener un buen bar: un cuervo disecado ( para Adrià era " sa gallina"), sillas y mesas de formica, un exhibidor con las latas de conservas inserto en la barra, botellas añejas en los estantes ( de
ponche de huevo, de licor de alcahofas..). Me fascinaba un fresco con unos ojos que observaban al visitante desde encima del botellero ( creo que lo pintó " en Mavano", pero no me hagáis
mucho caso).