Existen bares que no existen. Uno ha intentado teorizar sobre los elementos que hacen que un café se convierta en algo especial, que hacen que forme parte del acervo cultural de una ciudad o de la cosa sentimental del individuo. El Tulsa, sobre el papel, lo tiene todo. Es de 1951, barra chula, sillas de madera, precios normales, está céntrico... Quizás no tenga un produco "estrella" o propietario legendario, pero es un lugar agradable. Mi abuela quedaba con la Tía May aquí, al equidistar de sus casas. A veces se les añadía la tía Adelina, que no vivía lejos. Bebían tónica y la Tía Mey se guardaba azucarillos en el bolso.
¿Por qué no existe el Tulsa?